Los rápidos avances tecnológicos han sido el catalizador para cambiar el mundo tal y como lo conocemos.
Actualmente nos encontramos en un mundo industrial que cambia y evoluciona rápidamente y que ha sido descrito por el Foro Económico Mundial como la “Cuarta Revolución Industrial”.
Para muchas personas que trabajan en las industrias de la cadena de suministro, estos avances ya han surtido efecto, con una logística y un almacenamiento inteligentes que permiten un aprovisionamiento eficiente, y una fabricación inteligente que permite fabricar piezas de máquinas con mayor precisión y rapidez que nunca.
Sin embargo, la Industria 4.0 es mucho más que esto, y hay más avances tecnológicos que nos han llevado a este punto. Estas son algunas de las tendencias y avances tecnológicos que han hecho posible el estado actual de la industria.
¿Qué es una revolución industrial?
Una revolución industrial es un cambio sísmico en nuestra forma de vivir y de construir y crear, en el que los métodos de producción habituales de la época se sustituyen por otros mucho más eficaces.
La Primera Revolución Industrial comenzó a finales del siglo XVIII y supuso el abandono de los gremios y de los productos artesanales para pasar a métodos de producción más automatizados, como los telares textiles, la ferretería y la llegada de la maquinaria de vapor.
La Segunda Revolución Industrial, aproximadamente un siglo después, vio el nacimiento del ferrocarril, las comunicaciones a larga distancia a través del telégrafo, la siderurgia y la energía eléctrica, culminando antes de la llegada de la Primera Guerra Mundial con el proceso de producción en cadena que dio origen a la producción en masa.
La Tercera Revolución Industrial fue, sin duda, la más importante, al pasar de la tecnología analógica a la electrónica digital y al rápido auge de Internet en la última parte del siglo XX.
El Internet industrial de los objetos
El Internet de los objetos (IoT) es la tendencia central que ha hecho posible la Cuarta Revolución Industrial y que la diferencia de la revolución digital de décadas pasadas.
A veces conocida como tecnología “inteligente”, la IO es la conexión de objetos físicos a través de sensores y otros sistemas de control para crear una red de objetos físicos que puedan comunicarse entre sí a distancia y conectarse a ordenadores y otros dispositivos.
Esto permite acceder a los datos y sistemas en tiempo real, lo que posibilita el funcionamiento de cadenas de suministro más eficientes, alterar las líneas de producción tan pronto como sea necesario y hacer un seguimiento del inventario para permitir una logística justo a tiempo.
Además, algunas tecnologías, como la impresión 3D, permiten la creación rápida de prototipos y la distribución a pequeña escala utilizando la IIoT.
Computación en la nube
Muchas más personas trabajan a distancia por motivos de seguridad y orientación legal, lo que es posible gracias a los avances de la informática en la nube y las redes.
La computación en nube o computación distribuida es aquella en la que los procesos de cálculo, almacenamiento y otros sistemas que antes necesitaban un ordenador físico pueden llevarse a cabo a través de Internet y del acceso a una tecnología mucho más potente.
Inteligencia artificial y automatización
El aumento de la IA ha traído consigo el potencial de una nueva generación de trabajadores automatizados, capaces de realizar tareas con muy poca intervención humana.
Equipados con datos IoT, sensores y la capacidad de ser controlados a distancia, pueden realizar tareas cada vez más complejas y reaccionar a la información que encuentran en su entorno.